Es un tipo de estrés provocado por la exposición al uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación, tales como internet, telefonía móvil, ordenadores portátiles, televisión digital, tablet, etc., ya sea dentro o fuera del ámbito laboral y puede producir ansiedad y temor ante su uso (tecnofobia), o provocar una dependencia que nos haga necesitar continuamente estos estímulos tecnológicos (tecnofilia).
A los ya sabidos dolores musculares y problemas de visión derivados del uso tecnológico hay que sumar ahora otros de tipo emocional, como insatisfacción, irritabilidad, tensión, ansiedad o depresión.
Cabe destacar, que el sedentarismo hace que la actividad física se reduzca al mínimo y puede producir hasta en caso extremos, obesidad y trastornos respiratorios, problemas circulatorios, y motores.